jueves, 10 de junio de 2010

¿Es el aprendizaje algo trivial?

No. En efecto, el aprendizaje no es trivial. Sin embargo, en la praxis general se ha relegado éste, a un plano de trivialidad.
De acuerdo con la lectura de El Aprendizaje y el Desarrollo de las Competencias, de Vargas (2005), el aprendizaje es algo que está ligado a la noción misma del ser humano. Es decir, en cualquier situación el ser humano tiene la capacidad de aprender ya que esto deriva de una situación de adaptación y de transformación.
No obstante, en el campo de la educación el aprendizaje ha mermado y se ha hecho trivial porque lo que menos se logra hoy en día en las escuelas es el aprendizaje. Es por ello que Vargas describe acertadamente, tanto el aprendizaje significativo como el aprendizaje situado en dicha lectura.
Con respecto al aprendizaje significativo, se considera que los aspectos o elementos a trabajar deriven en actividades que resulten significativas a fin de que el alumno relacione dicha actividad con algún asunto que le represente algo y por lo mismo le dé un valor trascendente.
Si la actividad no resulta o no cumple con dicho aspecto, entonces no le será significativa y por tanto no resultara trascendente. El aspecto cognitivo-afectivo determina hasta cierto punto la valorización que un aprendiz le dará a la información. Por tanto, la actividad planeada tiene la consigna de resultar significativa para lograr un aprendizaje en el alumno.
La significación, la valoración. El alumno determinará la efectividad de la actividad al valorizarla como significativa y así entonces comenzar a construir su aprendizaje.
Con respecto al aprendizaje situado, conocimos los aspectos más relevantes en verdad un ambiente idóneo propicia los estados igualmente idóneos para lograr el aprendizaje. La zona de desarrollo próximo es de gran importancia para la acción que el estudiante lleve a acabo.
Es en donde éste mismo logrará l desempeño y la acción de proceder ante cualquier situación problémica.

lunes, 10 de mayo de 2010

La aventura de ser docente

Escogí como proyecto de vida ser licenciado en idiomas. Viajar, conocer lugares, gente, diferentes culturas e idiosincrasias, era lo mío. A decir verdad, es algo que me sigue atrayendo demasiado, y lograr mucho de lo que he mencionado en un principio es un dedo que todavía no quito del renglón con respecto a mi proyecto de vida.

No obstante, ahora cautivada por la práctica docente, me mantengo en este también proyecto de vida. El primero, se torna alterno, y el segundo, se torna en lo primero.

A decir verdad nunca había pensado en ejercer como docente sino todo lo contrario. Incluso, si traigo a mi memoria algunos episodios tanto de mi niñez como de mi adolescencia, al dar respuesta a esa pregunta tan constante: “¿Y qué te gustaría ser cuando seas grande?” lo menos que se me venía a la cabeza era el ser maestro.

Los años pasaron y las circunstancias de la vida, más mis decisiones, me transportan hacia el campo de la docencia. He de aclarar en este punto que la docencia me pareció algo extraordinario en la universidad. Mi profesor de lingüística Hans Paul Manhey, escritor, poeta, filósofo y además boxeador chileno, me mostro cuán noble puede ser esta profesión. Paul Manhey, apasionado de la enseñanza, me permitió aprender que la docencia es una profesión tan noble que mi visión demeritada de la misma cambió de una forma radical.

Regresando al punto de mi traslado hacia el campo de la docencia, este traslado se dio en el más inconsciente de los panoramas. La inercia y la mecánica del quehacer docente, por transmisión y cultura general, me animaron a aceptar la oferta de una amiga en cubrir una incapacidad; y fue aquí precisamente, en donde se origina mi marcha en la docencia.

Al día de hoy, puedo con certeza decir, que el ser docente es algo que me llena de orgullo. Ser docente para mí significa ser un factor de cambio. Ser docente y ejercer la docencia me han ayudado a crecer, en verdad, como ser humano, y además, me ha ayudado a estimar el valor de la vida humana.

Aun cuando comencé mi ejercicio docente en nivel básico, y ahora colaboro en los niveles medio superior y superior, puedo decir que cada uno de los niveles tienen su “encanto”. Servir ahora en el nivel medio superior me ha confrontado con una realidad inmediata, crecer como maestro para poder ser suficiente y poder cubrir las necesidades de cada una de las vidas que pasan por mis manos. La labor es titánica, pero es por ello que estoy de un tiempo para acá, en constante formación y actualización para poder ser lo que con anterioridad mencioné: suficiente para cada uno de ellos.

El quehacer docente, es un quehacer desgastante y además ambivalente. Las recompensas no son fortuitas y además en algunas ocasiones, los maestros ya no somos testigos del fruto de nuestro propio trabajo.

Sin embargo, ha sido en un sentido, hasta cierto punto opuesto, por así decirlo una de las experiencias más satisfactorias en la vida.

Internet...


Los Saberes de mis Estudiantes

Como bien sabemos nos encontramos en el pleno auge de la sociedad del conocimiento, de la sociedad de la información y de la sociedad de la comunicación.

Por causa de esto, nuestros alumnos a través de diferentes medios electrónicos tienen acceso a toda clase de información. Entre los medios electrónicos más representativos se encuentra la internet. Lo que los alumnos saben hacer en la red es navegar en una infinidad de sitios en donde pueden accesar a cualquier clase de información. A decir verdad, los saberes de la mayoría de los alumnos con lo que respecta a internet son de carácter empírico, circunstancial y fortuito; es decir, el mismo sistema de la red permite que uno, aún sin un saber previo sistemático, pueda llegar, como se describió con anterioridad, a obtener cualquier clase de información. Aún incluso, más de lo que uno se hubiera podido imaginar. En la mayoría de los casos, las expectativas previas son superadas.

Sin un previo entendimiento de la red, ésta puede ser una “caja de pandora”. Por el contrario, si se especifica el objetivo de dicho medio, la red, puede ser una herramienta muy útil.

Para aclarar más este asunto, hay una breve analogía que se puede considerar; un cuchillo puede ser útil, útil para partir cosas, cortarlas, picarlas, etc. No obstante, también, mal empleado el uso del cuchillo, éste, puede convertirse en un instrumento punzocortante.

Así pues, el uso de la red bien empleada puede ser útil como una herramienta didáctica. Por el contrario, el mal uso de la red puede menoscabar el intelecto, la capacidad y la psique del usuario y convertirse en algo que afecte de forma negativa.

Cuando los alumnos descubren que internet puede ser una herramienta didáctica, son ellos mismos quienes se patrocinan como los que enseñan. Ellos mismos, por una parte, pueden explicar el uso y manejo de la red a quienes por diferentes circunstancias no están familiarizados con los avances tecnológicos. Así que, un alumno puede enseñar incluso a un maestro en lo que respecta a manipular de la red.

En este sentido la interacción entre maestro-alumno puede avanzar hacia un nuevo propósito, el docente también es enseñado, además de que esto, l mismo tiempo, permite al alumno potenciar su autonomía y sus competencias ante situaciones problémicas.

La ética primera


Este es un pequeño espacio en donde se pretende dejar por sentado, la evidencia de lo aprendido.

En esta vida nunca hay que dejar de aprender. Aprender a cada momento, de cada experiencia, bajo cualquier circunstancia, sin el agravio de la acepción de personas, etc.

La ética primera debiera ser la de aprender. Esto no atañe sólo a la ética de un docente, sino también a la de todo ser humano.

"El problema de la ignorancia no es no saber, sino no disponerse a aprender".
Witness Lee